miércoles, 4 de mayo de 2016

Estoy mucho mejor, David Foenkinos

Buenas!

Ya estamos en mayo! Y con el nuevo mes, estrenamos entrada :) Hoy vamos a hablaros del libro de un escritor francés: David Foenkinos. Este no es su único libro. Aunque posee más títulos, con el que cosechó buenos éxitos fue "La delicadeza".

El libro del que os hablo hoy me lo compré en La Casa del Libro por casualidad. Leí el argumento y me gustó.

¿Cuál es el argumento? Un hombre francés, bien posicionado, ni muy pobre pero tampoco podrido de dinero. Vive bien. Trabaja en un estudio de arquitectura, es un hombre normal y corriente. Casado, con dos hijos, ambos ya independizados, vive con su mujer en una casa que les queda ya grande.

Cierto día, empieza a dolerle la espalda. Como cualquier persona, cuando algo te duele, vas al médico, y es lo que él hizo. Empezaron a hacerle pruebas, y más pruebas, cada cual más rara y más malsonante. Finalmente, decidieron que no tenía nada fisiológico.
Añadido al dolor de espalda, su mujer le pide el divorcio; no se entiende con su padre; echa de menos a sus hijos; y le despiden del trabajo por culpa de un compañero...demasiados problemas, ¿verdad?
Lo raro es que no tuviera un ataque de histeria por todo lo que le sucedía. Sorprendentemente, se tomaba las cosas con mucha calma exterior.

Finalmente, ¿qué descubre? Que todos sus males físicos venían por sus males emocionales. Interesante...

El personaje principal me pareció al principio del relato, un tío demasiado pasota. Me ponía de los nervios sus conversaciones y su modo de actuar. Poco a poco le fui cogiendo cariño, hasta el punto de entender por qué hizo lo que terminó haciendo. El libro nos explica de manera implícita, que hay que tomarse la vida con calma, y hacer lo que uno de verdad quiere. Es cierto: una vez que haces lo que realmente te gusta en la vida, deja de ser una obligación y se convierte en un placer.

Quisiera acabar la entrada con una frase del libro:

"Con los años me había ido volviendo más y más incapaz de establecer relaciones con nuevas personas. Como si mi vida no hubiera sido más que una máquina que progresivamente me iba insensibilizando. Parecía que había tenido que presentárseme la muerte para entender que no basta estar vivo para que seamos seres vivos."

Espero que os guste. A leer!! 

Casandra.

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